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Pinturas Murales


Retablo y antiguo cristo de la Vera-Cruz, Iglesia de Santa CruzDurante el siglo XV se realizó la decoración interior del templo, a base de pinturas al fresco o al temple, que debieron cubrir, a juzgar por las huellas encontradas, la casi totalidad de sus paramentos. Reparaciones y arreglos posteriores cubrieron las pinturas existentes, ora con una capa de cal, ora con retablos de madera, continuando decorada la iglesia de esta forma, hasta que al ser asaltada en la pasada guerra civil por los rojos, fueron arrancados los retablos y comenzaron a surgir restos y trazos de la primitiva decoración. La posible existencia de esta riqueza pictórica, hizo que al retundir los muros en las últimas obras de reconstrucción, se guardara el más exquisito cuidado y gracias a ello se han descubierto nuevas pinturas, algunas de ellas barruntadas por Escolano al estudiar documentos relativos a Santa Cruz (13).

Comenzando por el ábside, nos encontramos en el cascarón trazos de un manto plegado, de color grana, con una bordura de leyenda en caracteres latinos, y debajo de él, ya en las paredes los restos más importantes de su decoración mural. Dividido el paramento en tres partes verticales, la central ocupa el muro en toda su altura y las dos laterales, a juzgar por los restos subsistentes, debieron estar partidas por mitad cada una. En la parte central, bajo una leyenda en caracteres góticos que dice: “COMO JHS: XPO … CRUCIFICADO: I: ESTA: ACOMPAÑADO: DE: SU: BEDITA: MADRE: STA: MARIA: Y: SAN: JUA: I: LA: MAGDALENA”, se distinguen aún la cabeza nimbada, los brazos extendidos, el tórax y el sudario del señor, un sol y otra cabeza nimbada con gesto de dolor, acaso la de San Juan. El resto aparece cubierto o borrado por una capa de cal rosada, como igualmente las partes laterales, si bien en la de la izquierda se puede leer una banda en la parte superior también en caracteres góticos, que dice: “JHS: XPO: CENO: CON: SUS: DISCIPULOS”. Y debajo de ella varias cabezas nimbadas, el paño de la mesa y un plato sobre él, todo muy borroso, advirtiéndose en la parte del centro de este lateral y en el de la derecha trazos indescifrables de sendas bandas con leyendas, que debieron corresponder a los motivos religiosos pintados debajo de ellas.

Pinturas murales del ábside de Santa Cruz

En el intradós del arco de la capilla que hay al lado del Evangelio, en el ábside, aparecen, a la izquierda, un San Sebastián enmarcado en una moldura de color dorado con una coronación de concha o trompa, de marcado sabor renaciente, y a la derecha, otra pintura que representa a la Virgen sedente bajo dosel, flanqueada por dos angelillos, dando el pecho al Niño Jesús, motivo frecuentísimo en la época (14); carece de marco, pero si hay una leyenda gótica en la parte superior.

San Sebastián y la Virgen de la Leche, Iglesia de Santa Cruz de Baeza

En el interior de esta capilla, ocupando todo el paramento derecho, se conserva otra gran pintura que representa el martirio de Santa Catalina en la rueda del tormento, dos sayones o verdugos, un rey, personas asomadas a las ventanas  de los edificios y angelillos en el cielo. Todas estas pinturas, que por su estilo y composición pueden fecharse en el siglo XV, algo avanzado, conservan casi integras sus líneas y dibujos del contorno y únicamente los colores han desaparecido por completo o están muy desvaídos. Se ignora el autor de ellas, que bien pudo ser algún maestro de la escuela sevillana tan floreciente por aquella época, que anduvo por estos contornos (15).

Pintura mural del Martirio de Santa Catalina, Iglesia de Santa Cruz

Hay noticias de otras pinturas y retablos que no han llegado a nuestros días; así, en el inventario practicado con motivo de la visita del obispo Tavera (año 1556), se citan una tabla portátil con la imagen de nuestro Señor y Nuestra Señora y San Andrés, habiendo desaparecido también otra pintura que había en uno de los huecos gemelos del lado de la Epístola, representando a un obispo en actitud de leer un libro en el centro, y a San Francisco y San Antonio a los lados.arco Que por el mal estado de la pared donde se encontraba y por haber quedado a la intemperie antes de la última restauración, no ha sido posible conservar. En los libros de fábrica de los años 1531 a 1541, se habla de un nuevo retablo, también desaparecido, obra de Antón Becerra, posiblemente padre del celebre imaginero baezano, Gaspar Becerra, Escolano, en las notas citadas, apunta la posibilidad de que las tablas guardadas en la Sacristía dela Catedral de Baeza y atribuidas por Angulo al citado maestro, pudieran pertenecer a dicho retablo, hipótesis muy viable y reforzada por el hecho comprobado de que otros objetos de Santa Cruz fueron trasladados a la Iglesia Mayor, cuando aquel templo fue desvinculado de la Catedral, entre ellos, el relicario de Lechuga y su sepulcro. Úbeda, mayo, 1958.


Notas Iglesia Santa Cruz